martes, 20 de septiembre de 2016

Le atribuimos al arte ser  un medio generador de cambios, herramienta de transformación social, un alivio o escape de índole espiritual e infinidad de otras cualidades que pueden o no ser ciertos, depende del que lo vea, escuche, sienta…yo sí creo en el arte como herramienta de transformación social, desde el individuo y hacia el exterior. Mi arte es  la música, y es por eso que he decidido desde hace mucho años dedicarme a la docencia, compartirla y sembrarla me parece lo más maravilloso que me pudo tocar hacer en la vida (obviamente, después de ser madre de mi hermosa nena). La enseñanza de la música es lo más valioso que yo puedo aportar a mi sociedad. Mi proyecto es Allegro, y junto a Rogelio, (que a decir verdad más que junto él muchas veces es detrás de él porque él siempre va más allá), lo he visto crecer más de lo que creí posible (él siempre lo creyó). 
Hoy quiero hablar de la Orquesta Allegro Rosarito, proyecto que me enorgullece de sobremanera por las características tan particulares de dicho proyecto. Los miembros de la orquesta han aprendido a tocar sin costo alguno, con instrumentos prestados la mayoría de ellos, y muchos no lo saben, y creo que deberían saber que la Orquesta nació de la venta de un montón de pastelillos que horneé, 200dlls que nos donó una persona muy generosa gracias a Arte en Común, dos violines que la misma asociación nos consiguió, la rifa de un cuadro que me habían dado Rocío Hoffman como pago de las clases de piano que le di a Mercedes Hoffmann; y claro, del bolsillo de Rogelio. Compramos los instrumentos más económicos que encontramos en amazon, y mandamos a hacer un contrabajo a Michoacan, ya que aquí solo me vendían tololoches y los contrabajos en línea eran muy caros. El contrabajo fue muy esperado, y seguimos su trayectoria por paquetería hasta que un día llego en lo que parecía un sarcófago. Sonaba bien.
Nace la Orquesta Allegro en el 2014 como una orquesta de cuerdas, formada desde su inicio por el profesor Rogelio Luna y con aproximadamente 15 alumnos que no tocaban ninguno de los instrumentos que les estábamos prestando, para la mayoría era su instrumento secundario y no sabían nada sobre el. Empezamos desde cero, y en sesiones de solo dos horas a la semana que Rogelio donó al proyecto desde el principio. Ustedes pensarán que es cosa fácil, pero enseñar a los jóvenes rosaritenses disciplina y constancia es una ardua labor. Siendo un proyecto comunitario y gratuito, donde los instrumentos se prestan ustedes pensarían que había lista de espera, pero no. No poder faltar, estudiar y ser regañado constantemente porque no estudiaste lo necesario en casa no es algo que los jóvenes toleren ni que el director solape,  y entonces la orquesta de cuerdas se redujo a 7, tocando fondo en una presentación de ánimos bajo y sin director, ya que tuvo que tocar con ellos y yo marcar el tiempo. Fue una presentación realmente mala, y un amigo que esperaba yo me lo dijera y me hiciera pedazos me sorprendió mucho al decirme: no importa, sonó, están aprendiendo, es algo que nunca se ha hecho aquí y ustedes lo están haciendo, no deben parar. Gracias Marco. Seguimos, y unos meses después esa orquesta había crecido y había mejorado su sonido. Los papás de los jóvenes quizá los únicos testigos de los avances estaban sorprendidos. Renovados, decidimos aplicar para el Pacmyc, y así incluir alientos y percusiones. Fuimos apoyados con poco menos de 30,000.00 pesos, y creció la orquesta, añadiendo trompeta, corno francés, trombón, clarinete, flauta transversal, teclado y flautas barrocas para suplir todos los instrumentos para los que no teníamos presupuesto.
Al abrir nueva convocatoria, no tardaron en entrar los jóvenes músicos que tocan en bandas de Ska y que tocaban ya su instrumento, más no con partitura ni muchas de las notas o ritmos que se tenían que interpretar. Igual entraron alumnos que teníamos de otros instrumentos pero que no habían hallado el que los enamorara, y lo encontraron. Le entraron igual, y de nuevo el profe Rogelio incursionó en nuevos territorios logrando la difícil tarea de lograr que SONARAMOS. Y sonamos. Primero muy mal, luego menos mal, luego como que queríamos sonar bien, luego sonamos bien y de nuevo mal, luego más o menos, mejor, mejor, ahí la llevamos y ahorita puedo decir que estamos orgullosos de como sonamos, sonamos bien después de solo dos años y con bajas, golpes de ánimo, crisis adolescentes, guerras de egos, intrigas, rebeliones y demás tribulaciones. Pero también dos años de esfuerzo colectivo, aprendizaje, de estudiar a marcha forzada, los jóvenes aprendiendo que la vida del músico es decir constantemente: no puedo, tengo ensayo. Pero decirlo con gusto, sabiendo que no querrías estar en otra parte más que tocando junto a tus amigos, haciendo música, llevándola a donde nunca la han escuchado, haciendo lo que no se había hecho en este nuestro querido Rosarito.
Ayer me contaba un amigo de muchos años,  que al igual que yo ha aprendido con el tiempo y los golpes muchas cosas sobre nuestra comunidad, que él ha tomado clases de danza y de música en parte para comprender los procesos por los que pasan los artistas y tener una mayor apreciación de ello. En la orquesta los muchachos tuvieron que aprender a leer notas, ritmo, hacer primero todo en pizzicato, luego el arco, afinar, a ensamblar, a escucharse, a dedicarle horas en casa. Y venir a los ensayos los días que diga el director. Y sé que solo otros músicos de formación saben lo difícil que es esto, y lo aprecian, y no esperan oír perfección, pero si amor y pasión por la música.  Ahora me asombra tanto que estos muchachos no tienen llene con la música, algunos de ellos dan clases, estudian, tocan en la orquesta, cantan en el coro, tocan otros instrumento como solistas, tienen grupos por fuera, tocan en su iglesia, los contratan para bodas…han hecho de la música su forma de vida. 

Allegro no es solo la Orquesta, pero la Orquesta se nutre de Allegro, pues nuestros jóvenes atrilistas se involucran en todas las actividades.  Nuestra orquesta tiene mucho camino por recorrer, mucho trabajo por delante y solo podemos esperar que sus jóvenes miembros no desistan, no se desanimen por las dificultades de la vida. Quiero agradecer de corazón a todas las personas que si entienden el trabajo que esto implica y que nos dicen: como han mejorado. Gracias, todo lo que queremos es mejorar, siempre mejorar, y poder llevar música a lugares donde nunca han visto una orquesta, y repetir tardes como la vez que fuimos a la secundaria #32, turno vespertino, y que nadie quería entrar porque era una orquesta aburrida. Entraron forzados, y desde la primer nota se quedaron quietos, escuchando asombrados a jóvenes como ellos tocar música en instrumentos raros y que sonaba muy bien para ellos. Al salir muchos jóvenes de los que no querían entrar, se abarrotaron para preguntarnos como podrían ellos ser parte de algo así…y les puedo decir con seguridad que no se necesitan millones de pesos para darles la oportunidad de ser parte de algo asi, no necesitamos grandes fondos ni grandes espacios. Se necesita voluntad, y eso nos sobra. Así que haremos lo necesario, por la música, por nuestro futuro, por nuestro pueblo. 

1 comentario: